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LOS DUENDES DE LA CASA VIEJA

LOS DUENDES DE LA CASA VIEJA
Autora: Mirian Sosa.
Foto: Eduardo León.
Diciembre, 2008

La Casa Vieja se encontraba ubicada en la calle 33 con avenida 33, en pleno centro de la ciudad de Acarigua, Municipio Páez del Estado Portuguesa, su ubicación y extensión de terreno era privilegiada, gozaba de toda una esquina de aproximadamente media manzana, fue construida por la familia Velasco García a principio de la década de los sesenta, sus paredes de adobe, recubiertos de barro y techos de guafa, que con el tiempo fueron sustituidos por zinc y madera, una especie de machimbrado muy bonito y bien hecho; su forma en L, nos mostraba varias habitaciones, una sala, una cocina que aún conservaba para los finales de los años noventa el fogón de leña, un pasillo grande construido tiempo después para los Velorios del San Antonio, y un gran patio con plantaciones de cambur, al final un cuarto de los peroles en el cual la familia guardaba pertenencias llenas de recuerdos…
Durante muchos años, Doña Ramona García, madre de los Velasco García y propietaria de la Casa Vieja, también cuidadora del San Antonio aparecido a la familia a principios de siglo, se encargó de celebrar el Velorio al Santo, con cantores y bailadores del vecino estado Lara, según nos cuentan esta festividad era única en la ciudad y se realizaba con la colaboración de familiares y devotos de San Antonio…nunca faltaba nada, el santo reparaba todo lo necesario…Cuando muere Doña Ramona, los familiares tratan de mantener la tradición viva, pero por muchas razones no les es posible…pero en la Casa Vieja, siguen rondando esas energías, sobre todo en el corazón y alma del hijo mayor, Pedro o Pedrito como lo llamaban los mas allegados…y es por causalidad y no casualidad que a principios de los años noventa cuando le presentamos el proyecto para el rescate del Velorio, no vaciló un instante e iniciamos los preparativos para ese primer velorio, que no fue el primero, pero no se si alguna vez contamos cuantos se había celebrado…lo importante de la historia es que permite devolver a la ciudad, a los devotos, a los creyentes y no creyentes, la magia de una tradición que traía consigo inigualables recuerdos, valores y compromisos…también nos devuelve a los Duendes que habitan la Casa Vieja…y saben una cosa, confieso que nunca los vi, pero si por primera vez pude sentir su presencia…
Recuerdo que en diversas ocasiones se nos extraviaban papeles y cosas que teníamos para el trabajo, de manera inexplicable, nos culpábamos unos a los otros… un día, ante una situación evidentemente inexplicable…Pedro, que además de ser un gran maestro, era muy buen cuentero, nos dice: no busquen más, tienen que regañar al Duende Alirio, el es un duende muy juguetón, sino le hablan no los va a dejar tranquilos…lo regañó y sin darnos cuenta teníamos ante los ojos las carpetas extraviadas…si quieren creerlo, créanlo; pero segura estoy de que Alirio era nuestro Duende juguetón…continúa con sus juegos y se hizo cómplice de nuestros sueños en la ejecución de hermosos proyectos, como el del Ateneo Acarigua-Araure que allí construíamos…Después de Alirio vinieron muchos otros duendes…La Casa Vieja, abrió sus puertas para que los Duendes de Acarigua y Araure libremente visitaran…Recordé los Duendes del Barrio El Cerrrito, Los del Bosque de Baraure, los cuentos del Tío Pilar, de la Abuela Delfina, del Señor Vicente y sobre todo vino a mis recuerdos el Gran Dragón y el Arcoris, que un día salieron a vagar y sentí que habían llegado a la Casa Vieja, para dejarnos sus duendes y parte del agua cristalina que regaría los sueños que allí rondaban…
No se hicieron esperar las predicciones de los sabios abuelos y cuenteros, recogidas en las historias del Gran Dragón y el Arco Iris, las de Pedro que empezaron a dar forma en su decisión de escribirlas y contarlas…cantores, bailadores, músicos, teatreros, titiriteros…en fin constructores de sueños acogieron la Casa Vieja y desde allí se echaron a volar por la inmensidad de la creación, unos principiantes, otros ya más aprendidos, pero sobre todo muchos comprometidos con el proceso de impulsar los cambios culturales que nos harían libres…negarnos a vagar por estos recuerdos, no solo es un acto de mezquindad, sino también el principio de la muerte eterna…
No puedo dejar de contarles como un Duende vivo, así lo nombró, llegó un día y se adueño de pinceles, barros, papeles y todo lo que le era útil a la actividad creadora…haciéndose poseedor de ilusiones, sentimientos y amores de los más chicos…intentaré describirlo sin apegarme a nada sugerido…era un hombre pequeño, muy pequeño, delgado casi que delgadísimo, con pelos blancos y una barba abundante y mas o menos larga, de manos largas y delgadas, de caminar despacio y voz pausada, de edad cercana a los ochenta, gran artista , que nos enseñó, que el arte sin una intención clara para la vida y transformación, no era arte…se convirtió en el Duende vivo que acompañó proyectos, asumiendo a su edad la hermosa tarea del maestro que guía sus discípulos… Un día nos llega la noticia de la muerte de nuestro Duende vivo…no lo podíamos creer…sembraríamos a LEOPOLDO y con él, la esperanza de que se reuniera con Alirio y los demás duendes para seguir acompañándonos y ver los sueños florecer…desde donde estés LEOPOLDO seguro, junto a Pedro y Zobeida tus grandes amigos, estarán planeando como continuar la labor…segura también estoy que ustedes son culpables de las transformaciones hermosas que hemos emprendido…siempre estarán presentes, cual Duendes…aún cuando no nos volvamos a encontrar en la Casa Vieja, ya que hasta allí llegaron los DEPREDADORES y enterraron en los escombros los sonidos, olores, colores y sabores, que alimentaban a los duendes…Alirio, de vez en cuando como buen duende juguetón…nos juega una broma…no olviden que la abuela Delfina decía: los Duendes buenos vivirán para siempre en nuestros corazones…y la sabía muñequera Zobeida, nos marcó para siempre cuando nos dijo: “…los franco tiradores no podrán dar nunca en el blanco…mientras existan mis muñecas y yo…”Casualidad o causalidad…concluyan ustedes…
(Para los recuerdos de la Comadre Sonia Rois Mendez)

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